martes, 3 de abril de 2012

¿Conoces los "enemigos" de tu perfume? En la muñeca, en el cuello... ¿sabes dónde es mejor aplicar el perfume?

Hay una serie de factores que no le vienen nada bien a tu perfume. Vamos a ayudarte a descubrirlos para que, así, puedas conservar de la mejor manera ese aroma que tanto te gusta. Toma nota.
El calor y la luz. Son dos de los principales enemigos de los aromas. Por eso, la principal recomendación para conservarlos es mantenerlos alejados del calor y la luz directos, puesto que ambos alteran sus propiedades. Así, hay que optar por guardarlos en un lugar fresco y umbrío. Una buena opción es un armario y, en el caso de que no sea posible, hay que intentar mantenerlos dentro de su caja.



El movimiento. Puede alterar los componentes y acelera su descomposición. Por eso, una buena recomendación es no agitar ni mover excesivamente los frascos de perfume: estás contribuyendo a que se estropee antes de tiempo. Por eso, no lleves tu fragancia habitual en el bolso. Es mejor llevarlo en un vaporizador de viaje.

El mero hecho de abrirlo. ¿Sabías que la vida media de un perfume es de dos años? Sin embargo, en el momento en el que abrimos el frasco y vamos usándolo, la fragancia se altera con mayor rapidez, ya que la presencia de aire dentro del frasco ayuda a acelerar este proceso. Por ello, si no lo vas a usar aún, manténlo cerrado: su vida se alarga considerablemente (pero, eso sí, dado que tiene componentes naturales, su caducidad está  alrededor de los dos años) .         
                                                                                   
Tal vez en las muñecas o mejor en el cuello? Cada uno tiene sus trucos, pero existen una serie de pistas que pueden serte muy útiles si quieres sacar más partido a tu fragancia.
  • Tradicionalmente, se recomienda aplicar la fragancia allí donde late el pulso, como sucede tras las orejas, en la clavícula, las muñecas y tras las rodillas. ¿Por qué? En estas zonas la temperatura corporal es más alta y el perfume se evapora más lentamente. Pero esta regla se ajusta sobre todo a las fragancias en forma de extracto o perfume, la forma más permanente de llevar un aroma.
  • Cuando se trata de eau de parfum, se puede ser algo más generosa y vaporizarlo a los lados del cuello. Si es un eau de toilette, la fórmula más ligera, puede rociarse también sobre el pelo.
  • Tal vez te apetezca llevar la fragancia directamente sobre la ropa, pero ¡mucho cuidado! El perfume puede manchar algunas prendas irreparablemente. Antes de hacer esto, cerciórate de que el tejido no quedará dañado.
  • Otro pequeño truco: la forma más elegante y efectiva de perfumarse consiste en vaporizar una generosa cantidad de fragancia al aire, por delante de ti y a la altura de la cabeza, para inmediatamente después, dar un paso para que el perfume caiga sobre ti como una nube, envolviéndote.
  • Otra buena manera de prolongar su duración es usar la línea de baño a juego, que complementa y potencia el perfume. ¡Que lo disfrutes!