“Hay solamente tres nombres estadounidenses conocidos en todos los rincones del mundo: las máquinas de coser Singer, la Coca-Cola y Elizabeth Arden”.
Florence Nightingale Graham, el nombre de Miss Arden, llegó desde Canadá a Nueva York en 1908. Tras un par de años aprendiendo el trabajo en un centro de belleza, adoptó el nombre comercial que conocemos hoy en día inspirándose en el título de un poema de Tennyson, Enoch Arden.
La historia de esta firma nace en 1910, cuando en la Quinta Avenida inaugura el primer Red Door Salon, una manera efectista de llamar la atención. Detrás de esa puerta, había un salón de belleza de tres habitaciones donde Miss Arden creó un entorno de completo lujo, al tiempo que ofrecía tratamientos de belleza que cumplían lo que prometían.
Elizabeth Arden estaba convencida de que la belleza no debería ser sólo maquillaje, sino una cooperación perfecta entre la ciencia y la naturaleza. De hecho, contrató a un químico para que desarrollase un producto con la textura de la nata batida.
Viajó a Paris en 1914, y viendo a las francesas acudir maquilladas a eventos como la ópera, el teatro, con las uñas pintadas, decidió que el color formaría parte de su gama, coloretes, sombras, maquillaje, siendo lo más chic de Nueva York ir maquillada. De hecho, en la lucha por el voto femenino, Arden ya había trabajado dos años antrs en los labiales rojos, regalándose a las como símbolo de la independencia.
En 1917, ofreció los primeros productos de tamaño de viaje. Y en 1918 fue la primera en el mundo de la cosmética en impartir formación y en utilizar un equipo de demostradoras y vendedoras.
Elizabeth Arden forma un imperio
Fue en 1930 cuando lanzó su mítica Eight Hour Cream. La combinación de vaselina, un beta-hidroxiácido calmante y vitamina E consiguió que el bálsamo de color albaricoque fuese extremadamente efectivo.
En 1934 creó su famoso concepto de spa, en Mount Vernon, donde la alta sociedad de Estados Unidos acudía por semanas a tratarse en cuerpo y alma casi. En 1935, Miss Arden expandió su imperio de belleza con el lanzamiento de un nuevo perfume, Blue Grass,
Fue la firma que antes entendió la importancia de la publicidad, siendo los primeros en anunciarse en los cines. Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial llevaba años guardando materias primas como previsión, por lo que su negocio no se resintió.
Adiós a Miss Arden
Elizabeth Arden falleció en 1966, pero su legado continuó. De hecho, la colección para el cuidado de la piel Millenium y la base de maquillaje Flawless Finish irrumpieron en el mercado en las décadas de los setenta y los ochenta. Todo, con la misma esencia.
Llegaron también desde 1989 los perfumes Red Door y Green Tea, junto con la línea de tratamiento antienvejecimiento Ceramide. En 1990 Elizabeth Arden puso en el mercado las primeras cápsulas monodosis para el cuidado de la piel, Ceramide Advanced Time Complex Capsules.
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