Elisa Palomino |
Elisa Palomino construye una de las siluetas más femeninas y románticas de la pasarela madrileña. En dos días presenta en Londres una colección de ninfas recién salidas de un lago brillante que se visten de colores pastel y crudos. Los tules de bailarina se estrechan en pequeños volantes que siguen la estela de vestidos cortados al bies en un ejercicio delicado de costura donde los tocados, realizados con maestría por Laura Fernández y Ángel Amor, son esenciales para completar la poesía de Palomino.
Belleza: Los ojos verdes
Como en la leyenda becqueriana, las gradas se quedaron absortas al contemplar la belleza de las ninfas de Palomino, que emergen de lagos y lucen unos rostros traslúcidos humedecidos con cremas untuosas. Las cejas naturales están borradas con maquillaje y polvos y, sobre estas, se dibujan otras cortas y redondeadas de aire oriental. Dos chapetas sonrosadas debajo de los pómulos introducen unos labios cereza con las comisuras borradas. En el pelo, sutiles ondas al agua esculpidas con espuma sobre las que se enredan flores silvestres de los bosques por los que corren estas náyades.
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